miércoles, 13 de mayo de 2009

Esas manos timidas


Te veia en la puerta cada noche y me fijaba en ti como alguien que jamas me miraba.

Fumabas y bebias como tantos hacen aqui, pero tu serenidad se alzaba entre los demas.

No se si confundia tu fisico con las ganas de estar con alguien, pero mis ojos seguian mirandote al dia siguiente.

Sin embargo tu no te acercabas a mi. Conoci algunos amigos tuyos. Pase por encima de ti mientras subia las escaleras. Era agradable y receptiva. De ti nunca se supo nada. No habia expresion ninguna en tu cara.

Mi insistencia te invito a una fiesta. Erais dos. Mi intuicion me dijo que seria buena idea.

Consegui conversacion reveladora, y tiempo. Tiempo para analizar los temas, tus manos, tu sonrisa, tus ojos. Tiempo para averiguar el tipo de persona que podrias ser.

La noche pasaba y los claros del cielo a las seis iban dejando los asientos vacios. Pero tu y yo estabamos compartiendo silla, la mitad para cada uno. No te moviste. Y yo, por razones obvias, tampoco.

Pero quien sabe en Hungria el concepto de obviedad que existe.

Algun dia beberemos el vodka regional. Algun dia no esperaba que fuera el siguiente. Y te sentaste lo bastante lejos como para poder observarte.

Y cuando los chats nocturnos que continuan los encuentros no llevan a nada, entonces me intento convencer de que tengo un concepto muy facil y directo de la atraccion.

Me alegre ayer al comprobar, que alguna vez, de vez en cuando, no es desinteres sino timidez. Y a las 3 de madrugada decidimos ver una pelicula. No se si iba a ser al estilo aleman, rigorosa visualizacion de largometrajes o quiza al que tenia desde un comienzo.

Ese estilo en que dos personas se tumban en la misma cama, custodiados por el silencio y la luz tenue de un televisor a distancia, donde las manos se chocan accidentalmente con el pelo, reaccionan con caricias sin dudar que es lo que quieren hacer despues.

Nos costo besarnos por la indecision, pero el primer roce fue el pistoletazo de salida de una carrera que nos mostro la meta en nombre de Sol.

Y esas manos timidas ya no se como interpretarlas, pero quiero que me toquen sin parar.

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