Me cuesta admitir los verdaderos propósitos de mis acciones.
Iniciamos un blog para tener una charla a distancia con mis amigas.
Para poder saciar nuestras ganas de escribir los dramas y embrollos amorosos de una manera sana, despreocupada y quien sabe, alguna divertida.
Pero en el fondo de todo eso, solo se escondía (y tampoco tanto)
un desahogo emocional.
Porque hablarle a las paredes no es normal, y no tengo tanta privacidad como para poder hacerlo todos los días sin miedo a que me llamen loca, y con razón.
Ha dado resultado.
Escribir puede que sea mi paso para reconocer muchas cosas.
Me las digo a mí misma muchas veces.
Pero todas esas muchas veces también me ignoro.
Sin embargo cuando me leo, me saben a lecciones.
Tener un pseudónimo ayuda, porque te puedes mojar un poco más.
Aunque llegados a un punto, no hay humedad en absoluto.
No hace falta ser muy listo para saber quién es cada una.
Ahora ya nadie escribe.
Eso puede significar dos cosas.
Uno-No quiero que nadie sepa lo que siento ahora mismo.
Dos-No hay nada sobre lo que escribir.
La mayor parte de las historias son frustraciones o búsquedas. En otras ocasiones, drama.
Si no hay nada sobre lo que escribir puede que sea por una única cosa:
Ya no hay drama.
Todo ha cambiado.
No tengo tantas necesidades.
No tengo absolutamente ningún drama.
Ni ganas de manifestarlo si lo tuviera.
Ahora me dedico a disfrutar.
Iniciamos un blog para tener una charla a distancia con mis amigas.
Para poder saciar nuestras ganas de escribir los dramas y embrollos amorosos de una manera sana, despreocupada y quien sabe, alguna divertida.
Pero en el fondo de todo eso, solo se escondía (y tampoco tanto)
un desahogo emocional.
Porque hablarle a las paredes no es normal, y no tengo tanta privacidad como para poder hacerlo todos los días sin miedo a que me llamen loca, y con razón.
Ha dado resultado.
Escribir puede que sea mi paso para reconocer muchas cosas.
Me las digo a mí misma muchas veces.
Pero todas esas muchas veces también me ignoro.
Sin embargo cuando me leo, me saben a lecciones.
Tener un pseudónimo ayuda, porque te puedes mojar un poco más.
Aunque llegados a un punto, no hay humedad en absoluto.
No hace falta ser muy listo para saber quién es cada una.
Ahora ya nadie escribe.
Eso puede significar dos cosas.
Uno-No quiero que nadie sepa lo que siento ahora mismo.
Dos-No hay nada sobre lo que escribir.
La mayor parte de las historias son frustraciones o búsquedas. En otras ocasiones, drama.
Si no hay nada sobre lo que escribir puede que sea por una única cosa:
Ya no hay drama.
Todo ha cambiado.
No tengo tantas necesidades.
No tengo absolutamente ningún drama.
Ni ganas de manifestarlo si lo tuviera.
Ahora me dedico a disfrutar.
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