viernes, 27 de noviembre de 2009

La SinVerguenza

Me dijo que perdió la verguenza hace escasos dos años.
Cuando le partieron el corazón siendo la niña más buena del mundo.
"De nada sirve la verguenza si al final acabas en una laguna de agua fría"
Así que me dijo que se puso un vestido de lino negro, sin combinación. Se adivinaba su silueta a contraluz. Dejó de retocarse las puntas, salía de casa con el pelo húmedo, dejándolo al antojo del viento.
Me dijo que sustituyó el rosa por los labios carmín, se pintaba los ojos negro azabache, inventaba lunares presuntuosos donde no los tenía.
Me dijo que nunca se dejaría nada sin decir. "Preferiría ser vapuleada por algo que dije, que ser la chica fantástica por algo que no saben"
Llevaría el pelo expuesto a confusiones de tribus urbanas, libre albedrío para que los demás la encasillasen donde sabía que no encajaba. "Me encanta notar la incertidumbre de aquellos que me miran"
No llamaría la atención por su comportamiento, pero haría lo posible porque su aspecto fuera el perfecto insulto para los círculos cerrados.
"Aunque hablan mal, no dejan de hablar"
Me dijo que su labor sería no pasar desapercibida.
Nunca diría grandes mentiras, pero sí medias verdades. Adoptaría la personalidad que le hiciera falta en cada momento, vestiría de gala cuando sosteniese una copa de cava, pero se acostaría desnuda debajo del edredón.
Juró no comprometerse con nadie que no le cubriese de besos el cuerpo, sin desechar ninguna parte.
Me dijo que se sentía bien. Se describió como natural y no morbosa. "Aunque los demás prefieren llamar morbo a lo que ellos no son capaces de describir sin rubor"
Me dijo que perdió la verguenza porque aún conserva la inocencia "y con una de mis niñerías intactas, es un lujo que me puedo permitir".
...Brown Sugar...

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ya estaba sola, otra vez

Bajo su mirada empañada y escondida en su castaño brillante, se encontraba la pena y la decepción.
Ya estaba sola otra vez. Con alguien a su lado, pero sin esperarle y sin poder contar con él.

Después de mucho tiempo sin relaciones, había encontrado a un hombre que le rodeaba con sus brazos y le enviaba a una tercera dimensión bajo las sábanas. Incluso podía sentirse especial. Pero ni la mitad de sus necesidades estaban cubiertas. Nunca estaba cuando se le necesitaba. No preguntaba por su vida, no se interesaba por los planes de mañana. No provocaba que se vieran. No quería coincidir con sus amigos, no podía mezclarse.

Ella lloraba en mi hombro porque el hombre maravilloso que era por un lado, se desgastaba por otro. Buscaba que fuera el hombre que le sacara de sus días de lágrimas porque no recordaba sentirse querida.

No eran sus veinticinco años el problema de su comportamiento, no era que fuera un mal tipo, ni siquiera era que toda su vida se hubiese basado en relaciones serias y a partir de hoy quisiera experimentar y vivir aventuras.

No pude decirle que ese chico sencillamente no estaba seguro de ella. No pude expresar con claridad que a él le costaba conformarse. No pude decirle que ese chico tenía unos planes.

No pude porque no éramos amigas.
Y porque yo estuve con él.
Y ella no lo sabía.
Ni debía.

Ya estaba sola otra vez, con sus sentimientos a cuestas.

...Brown Sugar...

lunes, 16 de noviembre de 2009

Café


mmm... huele a café recien hecho y a ti. Me desperezo debajo de las sabanas, tapada hasta la nariz. Me giro y no estas, y el olor a cafe invade la habitación, se oye el pomo de la puerta y una música entre bailable y besable. Entonces sales, envuelto en una toalla, tan sumamente sexy, con el pelo mojado y oliendo aftershave...

Me quedo mirándote fijamente, con el pelo revuelto y media sonrisa. Me dices que hay café recien hecho y me vuelvo a hacer la dormida para que tu me despiertes...

Me dices que te vas, que sino no llegas al curro, que como siempre te lio, y entonces me quedo sentada, risueña, y pongo cara de no haber roto un plato, y no puedes resistirlo y me acaricias, me sigues acariciando y decido no dejarte marchar, y me haces cosquillas para que te deje ir, pero me resisto y me miras con cara de odio y te invito a café...

*Just Black*

domingo, 15 de noviembre de 2009

Se cierra el telón


Cuando corría con mi rabia a cuestas, me salpicaba el agua de los charcos por el ímpetu de mis pasos. Se me mojó el vestido y los pies me resbalaban. Apenas tenía aliento, el rimel me tiraba la piel, las lágrimas me caían en horizontal con el viento, me insultaba a mí misma, por ser tan tonta, porque los bajos del vestido mojado me pesaban.

En mi enfado, confundí el freno con el acelerador, y las ruedas no se agarraban a la curva. Perdí la precaución, perdí el miedo, y perdí mi autoestima.

Nunca me seguiste detrás. Nunca te preocupaste por lo que pudiera pasar, y entre vueltas y vueltas sin chocar contra nada, me dieron la oportunidad de pensar que no tendría que pasar si estuviera dispuesta a superarlo. Sola. Como ya estaba. Sin esperar a nadie en la próxima salida.

Frené. Moví el volante a un lado. Inmediatamente al contrario. Bloqueo de ruedas. Sin airbags. Las ruedas quemadas. Pero yo a salvo. Entre lágrimas y con verguenza. Por equivocarme cuando di todo sin garantías. Mis manos en la cabeza decidieron que en esa húmeda noche se cerraba el telón.

En la próxima escena sería yo la protagonista.



...Brown Sugar...

jueves, 12 de noviembre de 2009

vacio



Sal, sal y no vuelvas a entrar, sal del todo pero hazlo ya. Te paseas como quieres por mi cabeza, haces que me excite pensando en cada vez y que me enfade conmigo misma por darte esa oportunidad. Me enfado, me enfada echar de menos tus besos, tus susurros, y tus mensajes.

Paso cada día por ese puente, ese puente que desemboca en tu calle, dos veces al día y paso porque no tengo más remedio que pasar. Y paso... pero en el fondo sigues dentro de mi, lo haces, me desnudas por la noche cuando me quedo dormida, te acurrucas en mi cama como solias hacer. No me sueles despertar por las mañanas como antes.

Echo de menos tus charlas, las conversaciones filosóficas y las películas en versión original. Tu olor a veces me visita, me visita en otros ojos, en otro cuerpo y me evade.

Me falta tu confianza, tus momentos, tus manos, joder! ¿tus manos por qué? Porque sí, porque alimentaban mi cuerpo, lo hacian, y me abrazaban tan fuerte que no hacia falta que me sujetara al suelo. Me sujetaban cuando volaba, hasta que me soltaron de repente y me precipité al vacio...
*just black*

sábado, 7 de noviembre de 2009

Desnuda el alma


Hace 7 meses hubo un hombre que perdio la costumbre de desnudarme. Y es cuando algo pierdes, cuando te das cuenta de cuánto te hace falta. Ese hombre jamás supo afrontar sus sentimientos, y perdió las costumbres más básicas y especiales del contacto físico, sólo porque me abandonó de tal manera que llegó a abandonar lo que era bueno para él también.

Yo llegaba, me quitaba yo sola la ropa y me acostaba piel con piel. A veces la tentación metía la mano y veíamos amanecer. Otras veces abría los ojos con el sol bien alto.

Echaba de menos la ropa al moverse sola. Alguien te aparta el pelo de la cara. Una primera caricia con la camiseta puesta, la segunda se mete por debajo como un topo y cuando molesta lo suficiente los botones saltan, poco a poco, uno a uno hasta que el pecho se descubre y él lo mira como si acabase de descubrir un tesoro. Descalzarse, es como perder los neúmaticos del coche, y volverse vulnerable, sin los medios para escapar a ninguna parte, los cinturones (los malditos cinturones) o los sujetadores que se resisten, son los aditivos a nuestra excitación, el termómetro que determina nuestra temperatura superando los 37ºC. Y puede que ya esté tumbada cuando el deslice los pantalones fuera, dialogando con mi mente que si no se ha fijado en mi ropa interior es porque está ensimismado con mi cuerpo.

Creo que me faltaba que me desnudara porque es otra forma de hacer el amor antes de hacer el amor. Desnudarse es como soltar todos los acontecimientos y todos los pensamientos, dejarlos en la mesilla y ser uno mismo sin apariencias. Y desnudar a otra persona es la curiosidad y la entrega. Desnudar el alma.

Y aunque en el sexo todos estamos desnudos, no mucha gente puede desnudar su alma, por partida doble.
...Brown Sugar...

lunes, 2 de noviembre de 2009

El rincón de su ternura

La calle es azul marino y naranja. La brisa es fresca con chaqueta de punto. Pero los rincones de su ternura son amarillos como la tonalidad intermedia de una llama de fuego. En mi faceta de pantera, la que acecha callada, interiorizando todo lo que observa, llegué a ver lo que se escondía en ese rincón, que tiene poca luz. Es un rincón tímido. Tierno. Suave. Y cuando me coge de la mano la calle se convierte en un cuadro de Salvador Dalí, donde las luces se alargan, los colores se fusionan en espiral, y el mundo caótico se cubre con el edredón de la ternura.
Su ternura.

Algo que no había descubierto hasta ahora.

Con ojos cerrados y el peso de su cabeza sobre los hombros, pude sentirla. Con los labios entreabiertos que se dejan besar y se mueven al antojo de los míos, pude sentirla. Con su atención y su caballo blanco bien peinado con melena al viento pude sentirla, con sus palabras cortas que se abandonan en el aire de la noche la sentí.

Y cuando me tumbé y tirité, él me señaló su rincón con su pecho.

Y en ese rincón, de donde sacó su ternura, me refugio, para darme calor con ella, para cubrirme hasta la nariz, hasta que la noche pase al día. Y yo sé que él tiene demasiado calor por su ternura, y yo demasiado frío, porque no la tenía, hasta que pude verle con los ojos cerrados, y tu ternura atenta a mis sueños, pidiéndome permiso para entrar.

...Brown Sugar...