viernes, 19 de diciembre de 2008

En la cabeza

Hace tiempo que no echo un buen polvo. A algunos les he magnificado por mi deseo de hacerlo increíble, por echar de menos alguna que otra embestida, por recordar las mil fantasías que caminan cada noche en mi cabeza. Pero lo pienso, sin quererlo, porque pensar a veces me destruye, y no recuerdo a muchos que realmente me diesen lo que necesitaba. Soy bipolar. Tripolar. Cuatripolar. O vete a saber cuantas facetas y necesidades tengo. A veces creo que nadie sigue mi ritmo. A veces fingir solo me salva del desastre. Ellos se preguntan por qué siempre abandono. Soy una cobarde. Tengo miedo de que alguien me guste realmente. Pobres inocentes. Qué suerte tendrían si fuera eso.

A veces me miro al espejo con miedo de haber reflejado involuntariamente mi parecer. Soy demasiado expresiva. No quiero delatarme, pero voy buscando el placer por encima del amor. Soy joven. Y es difícil encontrar a un hombre que pueda participar de tus desafíos aparte de conceder orgasmos. A veces me gustaría conocer a ese hombre que me llegue a dar miedo.Ese hombre de talante, mirada segura, tono convencido, mano firme y pulso perfecto. Aquel que maneja, que sujeta fuerte, que habla alto, que sonríe y traduce los gestos de mi cara a través de la bolsa que llevo.

Me escondo. Un poco. Porque no se puede ser tan abierta en esta sociedad. Toda la sensualidad hay que decirla al oído en un leve susurro. Es así como se vuelven salvajes. Ahí es cuando una puede estar dispuesta a conocer a alguien.

...Brown Sugar...

No hay comentarios: