viernes, 26 de diciembre de 2008

Solo despiertan para justificarse


Ni siquiera un hombre que pasa completamente de tí, deja de justificarse. Una vez que uno hace algo mal tiene esa necesidad de pedir perdon, de justificarse, de aclarar que no es tan malo.

Pasan. Te dejan tirada. Te pierden. Y luego, te dan ese toque de atencion, aprietan ese boton que sabe donde les llevará, llaman, te mandan mensajes, te miran con esa cara que sabes que va a funcionar contigo, porque no dejas de estar colada por ellos.

En el fondo querrías matarlos, dejarles con las ganas, querrías no mirarles antes de girar aquella esquina, querrías poder decirles que te dejen en paz, que no te miren, que no te lancen indirectas, que no te toquen, que no se pongan esa colonia que te hace perder la cabeza.

Que no. Que no. Y más que no.

Pero la carne es débil como dicen por ahí. Además ellos no es que fueran unos cabrones, no son malas personas, son idiotas personas. A veces es que no se enteran de lo que han hecho.

Te tienen ahí delante, mirando incrédula, esperando, amándoles, deseándoles, debatiéndote entre besarles o llevar sus manos a tu cintura, agarrarles fuertemente del cabello y decirles que despierten.

Y aún así, siempre querrán más que tu sola. Te querrán a tí. Y a cuatro más.

Y te mandaran mensajes que justifiquen sus errores, y que te mantengan disponible, dispuesta, alerta, atenta, mientras que tú un día te levantas cansada y sin ganas de recuperar nada.

Y eso , incluso cuando quieres recuperarlo pero tu cuerpo no te sigue, es una putada. Se dice que ya no hay remedio. Ni se busca encontrarlo.

...Brown Sugar...

No hay comentarios: