jueves, 4 de febrero de 2010

Tuvimos, sólo tuvimos


Decir no es siempre una opción aunque a veces la contemplemos menos. Decir no a veces duele y otras libera. La otra noche tuve que decir no, lo hice porque me salió de dentro, porque era más fácil y placentero decir si, pero si mis labios hubieran pronunciado su antónimo no hubiera sido yo misma. Hay gente que dice si cuando quiere decir no, y gente que dice no cuando por dentro se muere por asentir.

Parecen monosílabos simples, pero pueden cambiar el curso de los acontecimientos radicalmente. Dije no porque tu olor ya no olía a lo mismo, ni tus manos cubrían las mias, dije no porque tu mirada nunca volverá a penetrarme, ni tus besos son mis besos. Dije no porque tuvimos nuestro tiempo, tuvimos nuestro momento, nuestras noches tirados en ciudad universitaria, nuestros inicios. Pero también tuvimos nuestros desencuentros, nuestras peleas en medio de Madriz a altas horas de la noche y en medio de otra ciudad, a las mismas tantas de la mañana.

Pero mis ganas no salieron el otro día, no salieron de dentro, ni mis labios besaron aunque se dejaran besar, se quedaron calentitos dentro del edredón, sin asomar ni medio pie por debajo de la manta. Mis manos se escondieron en los bolsillos aunque tu me pidieras que las guardara dentro de los tuyos. Mis pasos caminaban con decisión y tu mirada no dejaba de gritarme lo que quería, y yo sólo podía correr tranquila en otra dirección. Nosotros tuvimos, y sólo tuvimos.

*Just black*

1 comentario:

Brown Sugar dijo...

El cuerpo suele hablar por tí con sus indicios, para cuando asolan las dudas. Y, no, también es una buena respuesta cuando no estamos seguros.