
Puede que no hagas nada para gustar a alguien, pero puede que a esa persona le gustes en cuanto note que te parece más guapo que el resto.
A veces la situación hay que forzarla más. Bien porque el otro no se entera, bien porque no tiene un flechazo. Es cuando eres la persona más encantadora del mundo, la más comprensiva, la más natural y auténtica. Lanzas sublimes mensajes que sueltan pequeñas gotas de deseo para que las recojan.
Es la alucinante ciencia de la subliminidad. La sublime seducción.
...Brown Sugar...
1 comentario:
que seriamos sin seducir y ser seducidos...
grande pequeña!
Publicar un comentario