sábado, 7 de noviembre de 2009

Desnuda el alma


Hace 7 meses hubo un hombre que perdio la costumbre de desnudarme. Y es cuando algo pierdes, cuando te das cuenta de cuánto te hace falta. Ese hombre jamás supo afrontar sus sentimientos, y perdió las costumbres más básicas y especiales del contacto físico, sólo porque me abandonó de tal manera que llegó a abandonar lo que era bueno para él también.

Yo llegaba, me quitaba yo sola la ropa y me acostaba piel con piel. A veces la tentación metía la mano y veíamos amanecer. Otras veces abría los ojos con el sol bien alto.

Echaba de menos la ropa al moverse sola. Alguien te aparta el pelo de la cara. Una primera caricia con la camiseta puesta, la segunda se mete por debajo como un topo y cuando molesta lo suficiente los botones saltan, poco a poco, uno a uno hasta que el pecho se descubre y él lo mira como si acabase de descubrir un tesoro. Descalzarse, es como perder los neúmaticos del coche, y volverse vulnerable, sin los medios para escapar a ninguna parte, los cinturones (los malditos cinturones) o los sujetadores que se resisten, son los aditivos a nuestra excitación, el termómetro que determina nuestra temperatura superando los 37ºC. Y puede que ya esté tumbada cuando el deslice los pantalones fuera, dialogando con mi mente que si no se ha fijado en mi ropa interior es porque está ensimismado con mi cuerpo.

Creo que me faltaba que me desnudara porque es otra forma de hacer el amor antes de hacer el amor. Desnudarse es como soltar todos los acontecimientos y todos los pensamientos, dejarlos en la mesilla y ser uno mismo sin apariencias. Y desnudar a otra persona es la curiosidad y la entrega. Desnudar el alma.

Y aunque en el sexo todos estamos desnudos, no mucha gente puede desnudar su alma, por partida doble.
...Brown Sugar...

1 comentario:

blacky dijo...

me gusta como suena, el otro escribí una frase que decia "prefiero desnudarme con un cuello alto puesto"

brillante brownie!