domingo, 15 de noviembre de 2009

Se cierra el telón


Cuando corría con mi rabia a cuestas, me salpicaba el agua de los charcos por el ímpetu de mis pasos. Se me mojó el vestido y los pies me resbalaban. Apenas tenía aliento, el rimel me tiraba la piel, las lágrimas me caían en horizontal con el viento, me insultaba a mí misma, por ser tan tonta, porque los bajos del vestido mojado me pesaban.

En mi enfado, confundí el freno con el acelerador, y las ruedas no se agarraban a la curva. Perdí la precaución, perdí el miedo, y perdí mi autoestima.

Nunca me seguiste detrás. Nunca te preocupaste por lo que pudiera pasar, y entre vueltas y vueltas sin chocar contra nada, me dieron la oportunidad de pensar que no tendría que pasar si estuviera dispuesta a superarlo. Sola. Como ya estaba. Sin esperar a nadie en la próxima salida.

Frené. Moví el volante a un lado. Inmediatamente al contrario. Bloqueo de ruedas. Sin airbags. Las ruedas quemadas. Pero yo a salvo. Entre lágrimas y con verguenza. Por equivocarme cuando di todo sin garantías. Mis manos en la cabeza decidieron que en esa húmeda noche se cerraba el telón.

En la próxima escena sería yo la protagonista.



...Brown Sugar...

1 comentario:

blacky dijo...

si no lo hacemos por nosotros, ¿por quién sino?