lunes, 2 de noviembre de 2009

El rincón de su ternura

La calle es azul marino y naranja. La brisa es fresca con chaqueta de punto. Pero los rincones de su ternura son amarillos como la tonalidad intermedia de una llama de fuego. En mi faceta de pantera, la que acecha callada, interiorizando todo lo que observa, llegué a ver lo que se escondía en ese rincón, que tiene poca luz. Es un rincón tímido. Tierno. Suave. Y cuando me coge de la mano la calle se convierte en un cuadro de Salvador Dalí, donde las luces se alargan, los colores se fusionan en espiral, y el mundo caótico se cubre con el edredón de la ternura.
Su ternura.

Algo que no había descubierto hasta ahora.

Con ojos cerrados y el peso de su cabeza sobre los hombros, pude sentirla. Con los labios entreabiertos que se dejan besar y se mueven al antojo de los míos, pude sentirla. Con su atención y su caballo blanco bien peinado con melena al viento pude sentirla, con sus palabras cortas que se abandonan en el aire de la noche la sentí.

Y cuando me tumbé y tirité, él me señaló su rincón con su pecho.

Y en ese rincón, de donde sacó su ternura, me refugio, para darme calor con ella, para cubrirme hasta la nariz, hasta que la noche pase al día. Y yo sé que él tiene demasiado calor por su ternura, y yo demasiado frío, porque no la tenía, hasta que pude verle con los ojos cerrados, y tu ternura atenta a mis sueños, pidiéndome permiso para entrar.

...Brown Sugar...

1 comentario:

blacky dijo...

la ternura abraza, la ternura envuelve, la ternura era algo por descubrir pequeña brownie!