domingo, 11 de octubre de 2009

La luz tenue

A través de una persiana mal bajada, los destellos de la poca luz que deja el sol cuando abandona el día, definen las sábanas dobladas, como dunas en un desierto sin espejismos. Cierro mis ojos para sentir las yemas de unos dedos que me provocan descargas eléctricas desde la cadera hasta el cuello. Te doy la espalda solo para que me abraces, tus brazos pasen por encima, se anuden a los míos y formen un vínculo que nada debería romper. El silencio solo lo rompen los suspiros y gemidos que orientan al placer y le muestra el camino.
En otro momento me giraré para mirarte a los ojos, apoyarme en tu hombro, hablarte, con palabras o con gestos, no pararé de hablarte, de transmitirte que en la tenue luz te veo, dulce y sincero. Sacaré la conclusión que no podrán formar las palabras, y en la que el abrazo hablará por mí.
Cobarde abrazo que no quiere ahogar, y no mide su intensidad. La luz medirá el tiempo que pasa, las sombras definirán nuestros movimientos, los espejos reflejarán lo que nosotros interpretemos, y las paredes habrán escuchado todo lo que no podremos negar.
El pelo con el que nos levantamos no va a pedir que nos peinemos. Y la sociedad tan ocupada pensará que es el viento, que nos despeina, nos empuja, nos desviste y nos cambia las cosas de lugar.
En la tenue luz, aquí dentro el día es tranquilo, y si hay aire allí fuera, no quiero saberlo. Cuando salga entrecerraré los ojos, y la luz sequirá siendo tenue para mí.
...Brown Sugar...

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